Ya pasaron como 15 días, pero no he tenido nada de tiempo de escribir y ahora aprovecho que no puedo poner cultivo ni tratar ratas y que aparte estoy de buenas y quiero seguir escribiendo pendejadas en este mi espacio =P
Resulta ser que yo estaba hace quince días bien súper cansada porque acababa de correr 3 horas seguidas en el bosque y me subi al coche a buscar alguna llamada perdida en mi cel, pero no estaba, pensé que seguramente lo había olvidado en casa, llegué, llamé y no estaba... y sentí de nuevo ese terrible hoyo en el estómago que he sentido cada que he perdido un celular.
En mi vida he tenido, sin exagerar, (ya hasta me dio penita teclearlo) 8 celulares, el primero que era un tabiquísimo me lo robaron en el baño del Club España, el segundo en el hangar del Club España, el tercero en el cuarto de tele del Club España (ooh sí, bien pipirisnais, pues nel, son unos rateros) el cuarto en la pista de remo Virgilio Uribe, el quinto lo perdí en medio de una batalla campal para salvar a mi ex de que lo mataran entre 8, ja, esa noche estaría buenísima para todo un post, el sexto se me cayó en la banqueta y cuando me regresé a recogerlo ya no estaba, el séptimo fue el único jubilado por tiempo y servicio y el que traigo ahora (cortesía de mi ex) estuvo apunto de ser miembro del club "Celulares de Ana Hurtajados" pero no.
Increíblemente, increíblemente y lejos de todas estadísticas y lejos de todos pronósticos un señor bien decente que también corre se encontró mi celular en el bosque de tlalpan y además increíblemente contestó e increíblemente me dijo su nombre y dónde localizarlo e increíblemente no era una trampa e increíblemente me lo devolvió e increíblemente no pidió rencompensa... AÚN, AÚN existen personas honestas en esta ciudad, que viva el defectuoso y que vivan los repartidores de bimbo.
