domingo, noviembre 25, 2007

para p53

Una cruda más, a veces pienso que es una cuota, tanta diversón y hedonismo no puede ser gratuito, nada en la vida es gratuito. Lo cierto es, que la de hoy no fue como cualquiera, de hecho físicamente no me siento mal, un poco de sueño y frío pero lo normal, lo que no es normal es el dolor de mis piernas, ése que según yo no extrañaba.
Hace unas horas estaba profundamente triste y decepcionada, más que de ti, de mi. No es la primera vez. Estoy cansada de mi, de mi freno, de mi razón, de mi educación... ya no soporto mi tuétano: me sufre desde adentro.
Desde un princìpio sabía que contigo no lo iba a descubir, que todo era biológico: una concentración sanguínea que finalmente mi organismo desecharía... pero mientras, mientras te eliminaba mi sistema, mientras, violé de nuevo mi código, y como siempre, al contrario de haber pasado la barrera, me siento desleal: traicionera.
Cuando te lo dije, no sabía bien que era lo que me molestaba, todo lo que dije no era cierto, cometí el error (una vez más)de querer hablar las cosas y dejar claras las ideas sin que las mías lo estuvieran desde un principio. Entendiste mal, me etiquetaste, no me creíste y yo... yo de estar en un altar, ahora seré alguien a quien cuidar...
Confundida estoy, y era justo lo que no quería, caray, tan bien que estaba sola, tan estable, racional y poderosa...
No te lo mereces, no me mereces, no mereces mi poder, ¿me lo regresas ya?

1 comentario:

Anónimo dijo...

A un hombre, ¿cuánto tiempo más o menos le dura una verdad? No mucho más que un par de botas. Sólo los mendigos no las cambian nunca. Pero como ahora te encuentras integrado en la vida, tienes que renovarte continuamente, pues la plenitud de una existencia se mide por la suma de errores almacenados, según la cantidad de ex verdades.

E. Cioran, El Ocaso del Pensamiento