y nunca pensé que pudieran ser tan distintas las consecuencias.
El miércoles fue mi premisa: por esta vez, me dejaré llevar, no pensaré en las consecuencias, tampoco me esforzaré para que las cosas funcionen, sólo estaré ahí y haré lo que me nazca, es más, ni siquiera premeditaré y planearé, nada... y fue así.
El viernes la premisa fue la misma... la "pequeña" diferencia fue que ésta vez (el viernes) la consecuencia fue personal, fue profunda, fue visceral, fue interna, fue totalmente mía... en cambio, el miércoles sólo fue suya...
Encarnar la revolución de los afectos
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Sucede que mientras hablo con las compañeras que más admiro, con
frecuencia me encuentro con una misma historia: hay un hito, el de un amor
lobo con pie...
Hace 3 meses.
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