No lo sé, pero me siento más aquí que nunca. No sé si el secreto fue la lectura, la música de Fer, la falta de ejercicio, o falta de alcohol-facebook-vida social o el simple deseo que pedí desde el primer día de este año. Falta mucho por hacer, eso sí lo sé, y me entusiasma, porque a pesar de que estoy sufriendo por cadáveres y trastes rotos de antaño, también estoy disfrutando de mi incipiente eficiencia y desarrollo. No quiero que se me pase este estado, ya no me acordaba de cómo se sentían las cefaleas por preocupación y las lágrimas de soledad. Todo sea por la juventud y la libertad.
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