Estaba convencida de que esa sensación la podía tener con cualquiera, que era cuestión de apretar un botón, y que por eso tenía que escoger bien con quién, porque finalmente el contacto y la costumbre y la fantasía y la chaqueta mental hacía lo suyo.
Llevo ya unos días entre mieles ajenas y me da tanto asco que ahora me doy cuenta que a lo mejor nunca lo he apretado que a lo mejor soy completamente incapaz de perderme en el infinito y encontrar a alguien tan afín como pensar que no quiero estar en ningún otro lado...
Creo que mi problema no es arrogancia, ni madurez, ni mucha premeditación o selección, creo mi problema es más bien físico, hormonal, humano... será que perdí la práctica? o simplemente no nací para amar?
Encarnar la revolución de los afectos
-
Sucede que mientras hablo con las compañeras que más admiro, con
frecuencia me encuentro con una misma historia: hay un hito, el de un amor
lobo con pie...
Hace 3 meses.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario