El martes llegó Gio de Texas, se tuvo que regresar antes porque aún no estaba totalmente recuperada de su neurocirugía. Le quitaron un tumor de la hipófisis, esa misma de la que trató el capitulo del jueves en Dr House, donde una persona que pensaban inválida por cancer cerebral en realidad la causa de su nulidad era la falta de regulación térmica y hormonal. La hipófisis misma de la que hablaron el viernes en el seminario del Instituto de Fisiología Celular y su papel regulatorio del calcio. Los seminarios ahí me gustan demasiado, definitivamente es la crema y nata de la ciencia mexicana... bueno, a lo mejor exagero, pero sí de la UNAM. Fue un seminario muy polémico y enriquecedor, pero lo que más me gustó fue la innovación del investigador en la función cognitiva, mmmh en realidad no sé si es innovación tal cual, no sé casi nada de neurociencias, mi curso de neuroquímica es excitante, todo es información nueva, hoy el maestro estuvo increíble, lástima que nosotros estabamos medio dormidos... en fin, regresando al seminario, fue fascinante el observar como se podían detectar y grabar la actividad de calcio en las células dentro de un mismo corte histológico, y todavía más increíble observar como bajo diferentes estímulos, la secuencia de células que se activan es diferente y específico para cada uno... hasta el señor planteó que muy posiblemente es así como almacenamos información, no con síntesis de proteínas, no con impulsos eléctricos aislados, no con vesciculas sino por secuencias, por órdenes, por estructuras, por música. Me gusta cuando los investigadores arrojan una teoría polémica y sin precedentes a un auditorio quisquilloso (no voy a investigar si así se escribe, sorry) y sangrón. Me gusta el IFC y me gusta la endocrinología.
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